El futbol es el reflejo de la sociedad donde se juega

El pasado 13 de abril se llevó a cabo en Nuevo León el “Clásico Regio”, el cual es conocido en Monterrey y su área metropolitana por paralizar la ciudad, ya que este partido es muy importante para un gran porcentaje de habitantes.

Haciendo a un lado el resultado de este partido (3-3), llamó mi atención algunas situaciones que se vivieron alrededor de él mismo y como reaccionó un sector importante de los fans, y es que algo que está pasando en el futbol de nuestro país es el crecimiento de odio entre aficiones, el cual lleva a los fanáticos a defender sus colores a capa y espada sin importar razón.

Durante el partido pudimos ver desde aficionados arrojando objetos a la cancha, algún otro orinando en vasos que después arrojarlos a los aficionados del equipo contrario, mujeres lanzando líquidos a jugadores y lo más sorprendente un jugador usando un láser contra sus colegas del equipo contrario.

Sin duda alguna a mí me gusta el ambiente que puede vivirse en un estadio, es parte del folclor y la mística que rodea un partido de futbol, pero no podemos negar que sin distinguir entre sexo o clase social está mutando y convirtiendo estos recintos y sus alrededores en lugares violentos y peligrosos. Esto me llevó a reflexionar en la siguiente pregunta; ¿Es algo que debería sorprendernos?

Si bien muchas personas podrían argumentar que es el efecto que se genera cuando juntas a muchas personas en un lugar determinado, ya que los lleva a actuar en masa y no pensar en sus consecuencias, la venta y consumo desmedido de alcohol durante los partidos; creo que va más allá.

No puedo negar que los factores antes mencionados influyen, pero nuestro futbol como espectáculo se está volviendo violento porque es un reflejo de la sociedad en la que vivimos, en donde dos personas pueden bajarse de sus carros en cualquier avenida a pelear sólo por algún detalle de tráfico, en donde cualquier persona en su cuenta de X sin poner su nombre y fotografía puede descargar su odio y resentimiento contra otra sin consecuencia alguna, en donde ya no nos sorprende ver todos los días noticias de personas que perdieron la vida a manos de otras y así como estos, podría seguir escribiendo una lista interminable de ejemplos.

Lo más triste de este caso es que creo que al igual que en las calles, estos comportamientos continuaran en los estadios, porque esa misma persona que se baja de su auto a pelear, escribe en X, lee estadísticas de violencia o incluso es parte de ellas, en muchas ocasiones asiste a estos espectáculos. Con esto no quiero decir que todas las personas que gustan de ir a estadios, conciertos, festivales o cualquier evento que reúna multitudes tengan estos comportamientos, pero no necesitas que vaya una mayoría con esta tendencia, con algunos basta para que tengamos estos resultados.

Así que mientras no mejoremos individualmente y como sociedad continuaremos viendo personas utilizar estos eventos como una válvula de escape a todo lo que vienen arrastrando.